Calidad del pienso

¿Cómo saber que un pienso es de calidad? 

Nuestro reto es garantizar la calidad del producto, por eso nuestras la fábricas de piensos para lechones están dotadas de modernos laboratorios con la tecnología de análisis más moderna y rápida ―NIR’s―. Todas las materias primas que entran en la fábrica son analizadas antes de la descarga y también todos los lotes de producto terminado antes de su salida a la granja. Con este proceso nos aseguramos que, los productos Optibaby o cualquier pienso fabricado en la planta, sean los mejores para conseguir el mejor inicio de la producción. 

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Nuestras certificaciones

Nanta, a lo largo de su historia, ha puesto el foco en la mejora continua, lo que le ha permitido optimizar su sistema de gestión y lograr las más exigentes certificaciones de calidad, que aportan transparencia, rigor y veracidad. Cuando hablamos de piensos para lechones, sobre todo debido al delicado sistema digestivo de los lechones, este punto es crítico.

Para ello nos regimos por la norma de reconocimiento internacional FSSC 22000, uno de los esquemas de certificación más exigentes en seguridad alimentaria. Se trata de una garantía adicional a la calidad y seguridad alimentaria de nuestros productos, superior a la ISO22000.

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GMP+ Feed Safety Assurance

La fábrica de pienso para lechones de Nanta cuenta con la certificación GMP+ Feed Safety Assurance, un módulo completo basado en unos estándares que buscan garantizar la seguridad de los piensos en todos los eslabones de la cadena de alimentación. Las siglas GMP se corresponden con Good Manufacturing Practices y el + con la integración de HACCP ("Hazard Analysis and Critical Control Points").


Sobre la base de las necesidades en la práctica, se han integrado múltiples componentes en las normas de la FSA de GMP+, tales como los requisitos para un Sistema de Gestión de la Seguridad Alimentaria, para la aplicación de los principios HACCP, para la trazabilidad, la supervisión, los programas de prerrequisitos y el Sistema de Alerta Temprana.

Conoce todas las claves de la certificación

Control de proveedores

Son el primer eslabón de la cadena alimentaria. Todos ellos son evaluados con auditorias en las que Nanta asesora a los proveedores en aquellos puntos débiles que puedan ser detectados. Durante dichas auditorias comprobamos la capacitación de cada proveedor para producir, procesar, almacenar y transportar los ingredientes/materias primas que nos comercializan. Y más allá de las auditorías, se establece una relación en la que la comunicación continua con nuestros proveedores es clave. De este modo, en el momento que se descubre cualquier no conformidad referente a calidad o seguridad alimentaria, o cualquier incumplimiento de especificaciones, les son comunicadas de manera inmediata.

Control de materias primas

Toda materia prima es analizada previamente a su uso, ningún camión descarga sin la autorización previa del laboratorio y ninguna materia prima recibida en big bags o sacos se emplea sin ser muestreada y posteriormente analizada y autorizada por laboratorio.

El análisis de las materias primas se realiza con la tecnología NIR, a excepción de correctores y núcleos. Además, algunas se someten a controles especiales como son el análisis de cloruros en productos procedentes de derivados lácteos; el análisis de micotoxinas en cereales y subproductos; el análisis microbiológico en productos derivados de la soja o en fuentes proteicas como la harina de pescado, etc.

Es muy importante asegurar la calidad de las materias primas empleadas puesto que nos allanará el camino en la obtención de un pienso de alta calidad.

Control de productos terminados

Los piensos también son analizados con la tecnología NIR con el objetivo de verificar que todos los parámetros bioquímicos están dentro de límites fijados en fórmula, como son la humedad, la proteína bruta, la materia grasa, los minerales y la fibra bruta.

Se controla la durabilidad del gránulo, que mide el porcentaje de gránulos que llegarán al comedero sin romperse, y la dureza, que mide la presión necesaria para romperlo, de gran importancia ya que un gránulo muy duro reduce el consumo.

Finalmente, se dispone también de un plan mensual de control del balance electrolítico entre calcio y fósforo, de cloruros y de micotoxinas (Aflatoxinas, Vomitoxina, Zearalenona, Fumonisina, Ocratoxina y T2-HT2), así como un control externo a nivel de microbiología, peróxidos, plaguicidas, metales pesados y dioxinas.